Casi ya llegamos al mes de cole y, la verdad, se nos ha pasado muy rápido.
Vuestros hijos e hijas y también nosotros, nos encontramos ya centrados en nuestro trabajo diario.
El principio es siempre un poco catastrófico, porque el paso de infantil a primaria es bastante importante. Los niños y niñas, gracias al programa de tránsito que se realiza cuando están en 5 años, se han hecho una idea de algunos cambios que tienen lugar, pero cuando llega verdaderamente el momento de experimentarlos, suele ser difícil adaptarse a ellos de golpe.
Poco a poco, van controlando sus materiales de aula, que ahora son individuales (estuche, carpetas, libros...), de forma que pueden trabajar de forma más autónoma. Además, van desenvolviéndose en los nuevos espacios (la clase, el gimnasio, el recreo grande...), así como trabajando nuevas áreas (educación física, música, plástica). Gradualmente han adquirido la seguridad necesaria para poder desarrollar los aprendizajes con calma.
No obstante, el camino es muy largo y aún echan de menos a sus seños de infantil, su antiguo patio, los juegos y rincones, etc.
Todo esto es lógico y normal. ¿Habéis hecho el ejercicio de imaginaos que sois vosotros los que experimentáis un cambio similar en vuestra vida diaria o en vuestro trabajo?
En fin, que el camino de la primaria es largo y con muchos más cambios, que debemos ayudarles a vivir con la mayor tranquilidad y seguridad posible, para que lo experimenten con felicidad y puedan sacarle el máximo provecho a los aprendizajes que se desarrollen en cada momento.
Por ahora, la clase está feliz y con ganas de aprender. ¡Que no decaiga!
Vuestros hijos e hijas y también nosotros, nos encontramos ya centrados en nuestro trabajo diario.
El principio es siempre un poco catastrófico, porque el paso de infantil a primaria es bastante importante. Los niños y niñas, gracias al programa de tránsito que se realiza cuando están en 5 años, se han hecho una idea de algunos cambios que tienen lugar, pero cuando llega verdaderamente el momento de experimentarlos, suele ser difícil adaptarse a ellos de golpe.
Poco a poco, van controlando sus materiales de aula, que ahora son individuales (estuche, carpetas, libros...), de forma que pueden trabajar de forma más autónoma. Además, van desenvolviéndose en los nuevos espacios (la clase, el gimnasio, el recreo grande...), así como trabajando nuevas áreas (educación física, música, plástica). Gradualmente han adquirido la seguridad necesaria para poder desarrollar los aprendizajes con calma.
No obstante, el camino es muy largo y aún echan de menos a sus seños de infantil, su antiguo patio, los juegos y rincones, etc.
Todo esto es lógico y normal. ¿Habéis hecho el ejercicio de imaginaos que sois vosotros los que experimentáis un cambio similar en vuestra vida diaria o en vuestro trabajo?
En fin, que el camino de la primaria es largo y con muchos más cambios, que debemos ayudarles a vivir con la mayor tranquilidad y seguridad posible, para que lo experimenten con felicidad y puedan sacarle el máximo provecho a los aprendizajes que se desarrollen en cada momento.
Por ahora, la clase está feliz y con ganas de aprender. ¡Que no decaiga!
Comentarios
Publicar un comentario